Son un conjunto amplio de procesos psíquicos dirigidos a contrarrestar estados emocionales de angustia, miedo, vergüenza, tristeza, culpa, etc… Mediante estos mecanismos tratamos de evitar todas esas ideas y sentimientos que tanto malestar nos generan. Y no sólo evitar, también excluir de la conciencia, transformar en ideas contrarias, compensar con otras más “útiles”. La psique humana requiere de gran sofisticación y los mecanismos de defensa dentro de ella son necesarios, han de estar para manejarnos en el mundo de los afectos, un mundo sin defensas psíquicas sería un mundo de total vulnerabilidad.
Desde la terapia Gestalt se piensa que cuando en nuestra vida no queremos o no sabemos hacernos cargo de lo que implica afrontar una situación o bien no reconocemos aquello que nos hace sufrir o nos angustia, lo dejamos sin resolver esperando a que pase por sí mismo o bien manipulamos para que el otro lo resuelva.
De esta manera, interrumpimos nuestro proceso natural de intercambio y autorregulación, y nuestra forma de contactar sana se convierte en neurótica. Lo que hacemos es romper el ciclo natural de acción mediante la utilización de mecanismos concretos de defensa, así los asuntos sin resolver se empiezan a acumular a lo largo de nuestra vida por el desarrollo de estructuras de personalidad que nos limitan.
¿Cuáles son los mecanismos de defensa más importantes? y ¿Cómo actúan?
1. Represión: los sentimientos, recuerdos dolorosos son mantenidos fuera del campo de la conciencia. Una emoción negativa no se llega a sentir al ser reprimida.
un ejemplo, sería el acompañamiento a la persona para que descubra lo que siente y lo pueda ir haciendo consciente.
2. Introyección: se trata de la incorporación de ideas, creencias, actitudes, maneras de pensar y sentir (introyectos) de otros que no sentimos como nuestras. Tomamos esas ideas o formas de actuar de otras personas, sin cuestionarnos si nos sirven o no, si estamos de acuerdo con lo que implica tenerlas o no.
El objetivo de la introyección seria cuestionarlas, para poder escoger y dejar lo que no nos sea útil y en el caso de que no tengan nada que ver con nosotros eliminarlas de nuestro repertorio. Sin sentirnos culpables por ello. Así desarrollaremos nuestra propia personalidad, nos haremos responsables de lo nuestro.
Son mandatos. Ej. dejar sola a mamá no está bien. 3. Proyección: es el rechazo de aspectos nuestros no aceptados que nos producen un conflicto y evitamos enfrentarnos a ellos poniéndolos fuera de nosotros y viéndolos en otras personas, de forma no saludable. En este mecanismo cada individuo debe reapropiarse y responsabilizarse de lo que es suyo. 4. Retroflexión: lo utilizan personas que se hacen a sí mismos lo que les gustaría hacer a los demás y que no se sienten capaces de ello. Hay una lucha entre el deseo de hacer y de no hacer, la energía queda bloqueada, la persona se paraliza y no actúa, hay poca espontaneidad. Son personas que han aprendido a controlarse en exceso. Ej. En vez de gritar, ahogar el grito; en vez de morder apretar los dientes; en vez de golpear apretar el puño. Este es un mecanismo que aparece en personas con enfermedades psicosomáticas (p.e. la retroflexión de la agresividad puede provocar problemas digestivos como ulceras de estómago). 5. Confluencia: la persona confluente no puede distinguir entre sus propias necesidades, sentimientos, etc. y las de los otros, se pierde en el otro, se confunde con el otro, no puede diferenciar entre yo-tú. No ve el limite personal y tiene dificultad para despedirse, retirarse del contacto con el otro o terminar algo. Son personas que utilizan más frecuentemente “nosotros” en vez de “yo”, y no se sabe de quién está hablando si de él/ella o del otro. 6. Deflexión: el deflector evita el contacto directo con lo que necesita y se dispersa del objetivo dando rodeos en su vida. No confrontan las situaciones sino que las evitan quedándose en lo superficial, por esta razón nada de lo que hacen les nutre y llegan a experimentar grandes sentimientos de vacío. Según F. Perls, (1994) “El introyectar hace lo que dicen los otros, el proyector hace a los demás lo que acusa que le hacen a el, el confluente no sabe quién le está haciendo qué cosa a quien y el retroflector se hace a sí mismo lo que le gustaría hacerle a los otros”. Estos son los mecanismos de defensa más relevantes, aunque existen muchos otros como son la intelectualización o racionalización (hablar de las experiencias en lugar de experimentarlas o vivirlas), la negación (hacer como si el pensamiento, palabras, actos o gestos que le hacen sufrir no existieran)…
¿Cuándo son sanos los mecanismos de defensa?
La función principal de los mecanismos es la de evitar el “sufrimiento” y dolor en una situación conflictiva, todos tienen una función adaptativa y positiva, sin ellos tampoco podríamos sobrevivir. La represión, nos permite vivenciar situaciones traumáticas o dolorosas disminuyendo en el momento la sensibilidad ante las mismas. La introyección, nos sirve para vivir en la sociedad, incorporar normas sociales y asimilar conscientemente lo enseñado. Guiarme por unos principios sin cuestionarme constantemente. La retroflexión, nos ayuda a no agredir en exceso al otro y a desarrollar una vida interior rica y reflexiva. Se invierte la energía en actividad mental creativa (Planificar, hacer proyectos, hipótesis, etc.) sin pasar a la acción impulsiva. La proyección, nos permite comprender al otro, ponernos en su lugar, empatizar. También nos ayuda a plasmar lo creativo y artístico que hay en nosotros (escribir, pintar, cine, etc.) La deflexión, ayuda a evitar aquellas situaciones que nos pueden resultar muy perjudiciales o de riesgo para la salud. La confluencia, sirve para contactar con los demás y poder estar en equipo y/o en grupo, mantener la fidelidad. Los mecanismos solamente se convierten en neuróticos cuando los mal utilizamos o lo hacemos con mucha frecuencia en situaciones que no tendrían por qué́ utilizarse. (Pineda, 2018)
"Nuestro inconsciente se proyecta sobre otros. Criticamos a los otros a los demás para no ver nuestras propias creencias" . Carl G. Jung
Comentarios