El cerebro es, sin duda, el órgano más complejo de nuestro cuerpo. Nos permite hacer un número increíble de funciones y tareas. Y es que no solo nos sirve para pensar, razonar o hablar; también para soñar, querer y emocionarnos. El cerebro está integrado en el Sistema Nervioso Central y está compuesto por miles de neuronas que propician la constante relación mente y cuerpo.
Partes y funciones del cerebro principales
Lóbulos del cerebro
El cerebro se puede dividir en cuatro lóbulos:
El lóbulo parietal: Es la parte del cerebro que regula los datos recibidos a partir de estímulos del sentido del tacto, por ejemplo, la percepción del dolor, una caricia agradable o la sensación de frío.
El lóbulo frontal: Es la parte del cerebro que más diferencia al ser humano como ser racional del resto de seres. El lóbulo frontal regular la memoria funcional y el lenguaje. Es la parte del cerebro que trabaja a partir del pensamiento consciente.
El lóbulo occipital: Es la parte del cerebro que procesa los datos visuales puesto que allí se localiza la corteza visual. Por esta razón, gracias a esta información podemos comprender el medio que nos rodea.
El lóbulo temporal: Es la parte encargada de percibir y reconocer los estímulos auditivos y los vinculados a la memoria. Este lóbulo está distribuido en los laterales de nuestra cabeza (a la altura de las orejas aproximadamente).
Hemisferio derecho: Regula las funciones motrices y motoras del lado izquierdo del organismo.
El hemisferio izquierdo: Regula del mismo modo el lado derecho. Ambos hemisferios están unidos por el cuerpo calloso.
Cuerpo calloso: Separa ambas partes claramente diferenciadas de la estructura cerebral. Sin embargo, a pesar de la diferencia, ambas zonas están unidas por un punto común de fibras nerviosas.
Cerebelo: Muchos la consideran la parte más primitiva del encéfalo, en ella encontramos el procesamiento inconsciente de muchas funciones dirigidas a la supervivencia del individuo: el equilibrio, la activación muscular, la regulación de las emociones.
El hipotálamo: Regula las funciones del organismo, por ejemplo, los ciclos de sueño, la temperatura del cuerpo, el hambre y el estado de ánimo.
El hipocampo: Propicia el almacenamiento de recuerdos y el aprendizaje.
El área de Broca: Es la encargada de producir el lenguaje y se encuentra en el hemisferio izquierdo, más concretamente en la parte inferior del lóbulo frontal.
El área de Wernicke: Es la responsable de la comprensión sonora y normalmente la podemos encontrar en el hemisferio izquierdo, aunque en el 30% de las personas zurdas y el 10% de las personas diestras se encuentra en el hemisferio derecho. Esta zona pertenece al lóbulo temporal y está altamente relacionada con la zona auditiva.
Diferencias del área de broca y el área de Wernicke: Se conectan mediante un grupo de fibras nerviosas conocido como el fascículo arqueado y su diferencia de estas dos áreas, Es que la primera es la responsable de planificar el modo en el que hablamos y la segunda se encarga de que comprendamos aquello que se nos dice.
Amígdala: Gestiona las emociones y los sentimientos en el ser humano, está ubicado en el sistema límbico. Las personas no solo podemos experimentar emociones a partir de un hecho externo que actúa como un estímulo al que damos una respuesta. Un hecho interno también puede generar un movimiento emocional, por ejemplo, un pensamiento. Pues bien, la amígdala es un núcleo esencial de estos procesos.
Bulbo raquídeo: Es el puente entre el encéfalo y la médula espinal, en él encontramos multitud de conexiones neuronales y fajos de fibras nerviosas que transfieren información en ambas direcciones.
Médula espinal: Finalmente, la parte más alejada (y más grande) del cerebro es la médula espinal. Este órgano forma parte del sistema nervioso central y su función principal es conectar el cerebro con el resto del cuerpo y con el sistema nervioso autónomo.
Cuida tu cerebro
El cerebro es un órgano realmente importante del organismo. Por tanto, cuidarlo es un acto de amor propio. ¿Cómo puedes cuidar el cerebro? Desde el punto de vista neurológico, es recomendable realizar juegos de lógica o practicar cualquier actividad que permite activar la mente, por ejemplo, la lectura.
El estrés afecta a tu cerebro, por tanto, intenta cuidar este aspecto que daña tu memoria, por ejemplo. El cerebro necesita nuevos estímulos para activarse, por esta razón, aunque la rutina es un estado agradable de zona de confort, intenta buscar el equilibrio de integrar el factor sorpresa, tus hábitos cotidianos también cuidan tu cerebro, por ejemplo, el descanso nocturno, el ejercicio, el alimentarte bien. Además, el sentido del humor afecta de un modo muy positivo a tu cerebro, por tanto, disfruta más y ríe más. (Nicuesa, 2019)
"Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro"
Ramón y Cajal.
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