Ocurre cuando los responsables del cuidado de un menor perjudican o amenazan su bienestar y felicidad. Se trata de cualquier acto u omisión que impide el desarrollo íntegro de las potencialidades y las habilidades del infante, caracterizando por la privación de los derechos fundamentales, y la pérdida de la dignidad y de la libertad del afectado.
Usualmente, los maltratos empiezan cuando los padres se sienten sobreexcedidos por los retos de la crianza. Un progenitor deprimido, irascible, impaciente, e incluso, adeudado o desempleado, puede perder fácilmente el control sobre sí mismo, y sobre su hijo, incluyendo la violencia física, el descuido, el abandono, la crueldad psicológica, la explotación comercial, y el abuso sexual.
Tipos de Maltrato infantil
Maltrato físico
Se produce cuando padres o responsables de forma intencional causan lesiones o daños corporales al niño como moretones, quemaduras, heridas, fracturas, traumatismos, entre otros. De esta manera, el adulto invade el espacio personal del menor y realiza un contacto directo en el que infringe: empujones, codazos, sacudidas, mordeduras, puntapiés, puñetazos, tirones, cachetadas, o palizas. Según la intensidad, este tipo de maltrato se puede clasificar en:
- Leve: Castigo físico no frecuente para reprender una conducta inapropiada del menor. En este caso, se hace uso de la fuerza con el propósito de causar dolor, pero, sin generar ningún tipo de lesión.
- Mediano: Sanción de forma violenta y repetitiva que lastima de forma considerable al pequeño.
- Grave: Se trata de maltratos severos que pueden amenazar la vida del infante. Este tipo de violencia también puede comprender la tortura corporal.
Maltrato Psicológico
Se considera que la denigración, los gritos, la humillación, la ridiculización, las amenazas, la devaluación, la intimidación, el rechazo, la discriminación, los insultos e improperios, la comparación, la omisión de gestos afectivos, y otras maneras de hostilidad, constituyen esta forma de agresión hacia los menores.
Es por esto que el maltrato psicológico se genera ya que el adulto no tiene la capacidad de aceptar al infante tal cuál es. Las situaciones de abuso psicológico no son fáciles de identificar durante la infancia temprana, Sin embargo, producen graves consecuencias en el desarrollo mental, emocional, o social del infante. Es posible que el niño pierda la confianza en sí mismo, y se convierta en un adulto extremadamente sumiso, o extremadamente violento.
Explotación laboral
Consiste en que el niño es forzado a trabajar, cumpliendo extenuantes jornadas que habitualmente deberían ser realizadas por adultos. Cuando los padres de un menor le exigen contribuir económicamente o dedicar gran parte de su tiempo al negocio familiar, automáticamente se ve obligado a ganarse la vida, reduciendo sus posibilidades de estudiar y recrearse lo cual no genera un sano desarrollo y su porvenir.
Abuso Sexual
Es una de las situaciones más complejas y lamentables que padecen los niños, consiste en el abuso de poder o de autoridad para obtener gratificación sexual con un menor. Habitualmente, el adulto se sirve de la diferencia de edad y de su capacidad física para perpetrar su agresión en la víctima. El abuso sexual se puede presentar:
- Sin contacto directo: Por medio de exhibicionismo, llamadas telefónicas eróticas, pornografía, y palabras indecorosas u obscenas.
- Con contacto directo: Generando estimulación oral o genital, caricias impropias, o violaciones. En el caso del abuso sexual infantil, es bastante habitual que se genere en el seno del hogar (incesto). (psiguide, 2016)
7 consejos para la prevención del maltrato infantil
1. Fomentar en los niños valores éticos y morales, siendo capaces de establecer unas adecuadas normas de convivencia.
2. Ser conscientes a la hora de hablar y tratar a los niños que son personas especialmente vulnerables, frágiles y en ocasiones, son considerados como figuras inanimadas que pertenecen a uno de los progenitores.
3. Los padres o cuidadores de los infantes deben de aprender a Controlar las emociones como la ira y la agresividad de forma adaptativa y adecuada.
4. Desarrollar en los niños la capacidad de empatía, para ser capaz de ponerse en el lugar del otro y comprender que nuestra conducta o actitud puede provocar sufrimiento en el otro.
5. Los adultos somos un modelo a seguir para los menores. Un entorno donde domina la violencia psíquica o física, va a favorecer que los infantes aprendan esos modelos de conducta y puedan repetirlos.
6. Generar en los infantes un bienestar físico, afectivo, emocional, educativo y social.
-Velar por sus derechos e intereses.
-Capacidad de escucha, facilitarles la oportunidad de expresarse y que se sientan comprendidos y cubiertos emocionalmente.
-Permanecer atentos a sus necesidades y demandas físicas y afectivas.
7. Proteger y proporcionar a los infantes un entorno seguro, afectivo, adaptativo y estructurado. Así, garantizamos un adecuado desarrollo psicoevolutivo del niño y una infancia feliz. (Peralta, 2020)
Una de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz. Agatha Christie
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