La memoria humana es una actividad cerebral que implica un complejo proceso de codificación, almacenamiento, recuperación de la información, habilidad y experiencia obtenida en el pasado. De esa manera, se divide en tres grandes tipos, caracterizados por la duración de la información que se representa en ellos y por su capacidad:
Memoria de trabajo (MT): Es el conjunto de símbolos activos en un momento determinado a los que estamos prestando atención y que, por tanto, podemos manipular bajo control voluntario. Por ejemplo, Una persona consulta un número de teléfono en la guía y mantiene los dígitos que lo componen repasándolos continuamente en su mente hasta que realiza la llamada; Otra persona suma, sin ayuda de papel y lápiz, los precios de los artículos que ha comprado en la tienda; Otra persona recuerda aquellos de sus amigos que debe invitar a la fiesta de su boda y los mantiene en su cabeza hasta que se encuentra un papel donde apuntarlos. Todas estas operaciones se realizan en la MT.
La MT se caracteriza porque los símbolos con los que se está trabajando se mantienen en ella mientras que les prestamos atención y los estamos usando. Tan pronto nos dedicamos a otra cosa, decaen rápidamente. Es común la experiencia de que alguien nos hable justo cuando acabamos de cerrar la guía de teléfonos y nos dirigimos a marcar el número. Tras responder a nuestro interlocutor, nos encontramos con que no podemos recordar cuál era el número que queríamos marcar.
La MT se caracteriza también por su capacidad limitada. La información sobre la que se trabaja en MT proviene unas veces de la experiencia perceptual de ese momento, mientras que otra se extrae de los contenidos de la MLP.
Memoria sensoriales: Son responsables de mantener durante periodos muy breves la información que alcanza nuestros sentidos. Las más estudiadas han sido la memoria icónica, que prolonga la duración de las imágenes que alcanzan la retina, y la memoria ecoica, que afecta de forma similar a los sonidos. La función general de las memorias sensoriales es la de dar al cerebro un poco más de tiempo para realizar el análisis del estímulo.
Memoria a largo plazo (MLP): Es el conjunto de conocimientos de los que disponemos de forma relativamente permanente. Consta de una gran variedad de conocimientos diferentes, que se suelen clasificar en tres grandes tipos.
1. Conocimiento episódico: Incluye conocimientos marcados con fecha y lugar, como el recuerdo de mi última fiesta de cumpleaños o del día que conocí a mi mejor amigo.
2. Conocimiento semántico: Incluye conocimientos generales de los que no sabemos cómo ni dónde lo aprendimos, como qué significa la palabra “perro”, que las cosas de cristal se rompen si se las deja caer.
3. Conocimiento procedimental: Incluye conocimientos acerca de cómo se hacen algunas cosas, que son difícilmente expresable en palabras y se adquieren y perfeccionan mediante la práctica, cómo se monta una bicicleta, cómo se nada o cómo se utiliza un bisturí. La MLP se considera de capacidad ilimitada, pues nadie ha sido capaz todavía de medir la máxima cantidad de información que los seres humanos son capaces de aprender.
La organización interna de la MT
El modelo de Baddeley propone que la MT está formada por al menos tres subsistemas que están organizados de forma jerárquica entre sí, y que funcionan en estrecha colaboración. Estos tres subsistemas son los siguientes:
El ejecutivo central: Es el sistema de control voluntario y toma de decisiones. Es capaz de cotejar y valorar alternativas y optar por la más adecuada. Sus decisiones afectan a los cursos de acción que seguimos, tanto a nivel mental como conductual. Por ejemplo, a nivel de conducta manifiesta, el ejecutivo central decide qué camino seguiré para llegar a casa evitando el atasco de tráfico. A nivel de estrategia mental, veíamos antes que un número de teléfono puede mantenerse en MT mediante el repaso de las palabras que valen por cada número o mediante la imaginación del número entero tal y como lo veríamos escrito. El ejecutivo central es quien decide cuál de estas opciones se elige.
El lazo articulatorio: Es el sistema del lenguaje utilizado para mantener activos bajo control atencional una serie de símbolos de naturaleza verbal mediante un proceso de repaso continuo. Utilizar el Lazo Articulatorio para mantener la información en MT no es otra cosa que convertir esa información en otra de naturaleza verbal (que puede ser pronunciada) y mantenerla activa mediante su pronunciación repetida.
La agenda visoespacial: Es el sistema de la percepción visual, utilizado para mantener y manipular información de naturaleza visoespacial bajo control atencional. En este caso, se trata del sistema de la percepción visual y la información que se mantiene y manipula en la MT mediante este sistema es, lógicamente de imágenes.
El sistema de MT tiene, por tanto, al menos dos componentes: la parte que mantiene el control, tomando decisiones y estableciendo estrategias, y la parte o partes de “aportan” los símbolos con los que se trabaja y realizan manipulaciones.
Estas otras partes son, principalmente, dos: El sistema del lenguaje, que aporta y manipula los símbolos de tipos verbal y el sistema de la percepción visual, que aporta y manipula los símbolos de tipo visoespacial.
"Una mente calmada trae fortaleza interna y autoestima, eso es muy importante para la salud mental". Dalai Lama
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