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Dependencia emocional

Actualizado: 12 ago 2020

Es la necesidad extrema de carácter afectivo que una persona siente hacia su pareja a lo largo de sus diferentes relaciones. Además, se convierte en una entrega desinteresada y sin medida hacia ese otro ser, y termina en una despersonalización y desprendimiento de la esencia y vida propia. Es por esto, que es importante recalcar que la dependencia emocional es diferencial al trastorno de apego ansioso descrito por Bowlby (1958), el trastorno límite de personalidad, la adicción al amor o la sociopatía.


¿Por qué nace la dependencia emocional en tu relación de pareja?


Todos esperamos conectar con las personas que intervienen en el transcurso de nuestra vida. Cuando en una relación no se presta la suficiente atención, un individuo no asume su parte de compromiso, se genera siempre un sentimiento de desamparación que puede favorecer dependencias emocionales.


Este sentimiento negativo tiene un origen neuronal situado en la corteza cingulada anterior (CCA) siendo la misma región que se activa cuando se produce un daño físico (Goleman, 2006). Por lo tanto, cuando se produce el rechazo social se activan los mismos circuitos cerebrales que avisan de un posible daño físico. Por esta razón, el cerebro se ha modulado de tal forma que el dolor de la pérdida de un ser querido o de la exclusión se asemeja cognitivamente al impacto físico: “me han partido el corazón”, “se me fue la vida”.

Es por esto, que en muchas ocasiones surgen por motivos como: el miedo a la pérdida, a la soledad o al abandono. De esa manera, se contamina el vínculo amoroso y lo vuelve altamente vulnerable. El rechazo produce dependencia interpersonal.


Fases de la dependencia emocional


Fase de conocimiento: En esta fase conocen a alguien que les interesa y experimentan un entusiasmo y expectativas sobredimensionadas acerca de la posible relación. A la par, construyen una imagen mental del otro idealizada en la que es la persona perfecta para construir la relación que desean.


Fase de sumisión: Una vez embarcados en la relación y para preservar esta relación perfecta y a esta persona ideal la estrategia que adoptan es la sumisión al otro. Los deseos y necesidades de la otra persona se ponen por encima de las propias creando un desequilibrio en la relación.


Fase de deterioro: Este desequilibrio se va acentuando y aumentan los sentimientos de inferioridad y la baja autoestima. Esto crea la percepción de que a consecuencia de su poco valor serán abandonados, este miedo los lleva a adoptar más sumisión y por tanto deteriora aún más la relación.


Ruptura: Si se produce la ruptura la persona dependiente entra en un síndrome de abstinencia caracterizado por estados de ansiedad por separación y procesos depresivos. Estos sentimientos son tan fuertes y difíciles de gestionar para el dependiente que centra todos sus esfuerzos en retomar la relación, aun siendo una relación destructiva.


Búsqueda de nuevas relaciones: En el caso de que la relación no se retome, el dependiente centrará sus esfuerzos en encontrar una nueva persona para paliar su sentimiento de soledad iniciando así, un nuevo ciclo de dependencia.

Riesgos de la dependencia emocional en tu relación


1. Estancamiento personal y profesional: Sin duda, la obsesión irracional por el otro, las ganas de estar siempre a su lado, y ver a ese alguien como fuente de seguridad y estabilidad; te hará estancar en otros muchos aspectos de tu vida. Tu desarrollo personal se verá truncado, no serás capaz de tomar una decisión sin antes consultarle. Además, tu vida profesional se hará lenta o se detendrá. ¿Por qué? Porque si ese ser amado te pide que te quedes en casa y que solo te encargues de las labores del hogar, seguramente aceptarás. Dejando atrás tus sueños e ilusiones.


2. Aislamiento social: cuando se toma la decisión de empezar una relación de pareja, otros muchos aspectos de la vida se pueden ver afectados. Entre ellos, el distanciamiento leve con familia y amigos. Lo que no significa por ningún motivo, que debas dejar completamente los círculos sociales que componen tu vida.

Una persona emocionalmente dependiente ya no acepta reuniones de trabajo por fuera del horario laboral. Esto por miedo a ver afectada su relación. Su mejor amigo o amiga de la infancia, también se dejan a un lado. Solo por el hecho de no invertir tiempo en ellos para aprovechar y compartir mucho más con ese ser amado.


3. Adaptabilidad: Esta consecuencia se resume en pretender pasar por alto situaciones negativas de la relación. Es, “embellecer lo feo”. Es tal el apego emocional que envuelve a la pareja, que escudan esos errores y esas fallas en frases como: “tampoco es tan malo” o “sé que no volverá a pasar”. Lo que la hace una falta aún más grave. Ya que, no se quiere ser consciente realmente de la situación que acontece. Es una ceguera selectiva que te afecta a ti y a tu entorno en todo su esplendor.


4. Idealización del otro: imagen de la pareja idealizada, los entienden como seres excepcionales, especiales y perfectos. En esta imagen mental que crean sobrestiman las virtudes y eliminan los defectos que puede presentar la otra persona.


5. Pánico ante el abandono o rechazo de la pareja: La idea de ser abandonados o rechazados por su pareja genera mucha ansiedad y les hace anticipar escenarios en los que sufren de forma desmesurada. Para evitar este posible sufrimiento su estrategia es la sumisión, ya que asumen que sí se adaptan cumpliendo los deseos y necesidades del otro estos no los abandonaran.


6. Miedo a la soledad: La soledad para el dependiente emocional es un estado angustioso por lo que se aferran obsesivamente a la persona de la cual dependen.


7. Dificultad para la toma de decisiones: Las personas dependientes tienen verdaderas dificultades para tomar decisiones en relación a situaciones de pareja. Tienden a delegar las decisiones en el otro.


8. Sentimientos de vacío, preocupación y culpa: Los sentimientos de vacío son un eje principal en el mundo emocional del dependiente. Se sienten vacíos y desesperanzados si no están con su pareja y en el contexto de una relación, por lo que la pérdida del ser amado es una preocupación constante en su vida y mantienen cierto estado de alerta para percibir las señales de alerta de una posible ruptura para así poder evitar que eso suceda. Por otro lado, se sienten culpables por los estados emocionales negativos de su pareja, consideran que, si el otro se siente mal, ellos son los responsables.

9. Ansiedad de separación y síndrome de abstinencia

El hecho de separarse genera una gran ansiedad que no pueden gestionar por lo que entran en un síndrome de abstinencia que solo se controla sabiendo de la otra persona o teniendo un acercamiento. Incluso habiendo finalizado la relación intentan mantener el contacto.


Recuerda: La dependencia emocional se evita cultivando el amor propio y el autoconocimiento. Está es la clave para generar relaciones saludables con uno mismo y con los demás. Encontrar a la persona adecuada supone también preparamos nosotros para una relación. Aroa Ruiz


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