Según el DSM V (2014), Es un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad – impulsividad que interfiere con el funcionamiento o desarrollo, que se caracteriza por (1) y/o (2):
1. Inatención: Seis o más de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y académicas.
Recuerda: Los síntomas no solo una manifestación del comportamiento de oposición, desafío, hostilidad o fracaso en la comprensión de tareas o instrucciones.
Con frecuencia falla en prestar debida atención a detalles o por descuido se cometen errores en las tareas escolares o durante otras actividades.
Tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades recreativas.
Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente.
No sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares o los quehaceres.
Tiene dificultad para organizar tareas y actividades.
Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
Pierde cosas necesarias para tareas o actividades.
Se distrae con facilidad por estímulos externos.
Olvida las actividades cotidianas.
2. Hiperactividad e impulsividad: Seis o más de los siguientes síntomas se han mantenido durante, al menos, 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y académicas:
Con frecuencia juguetea con o golpea las manos o los pies o se retuerce en el asiento.
Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado.
Corretea o trepa en situaciones en las que no resultado apropiado.
Es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en actividades recreativas.
Con frecuencia esta “ocupado”, “actuando como si” “lo impulsara un motor”.
Habla excesivamente.
Responde inesperadamente o antes de que haya concluido una pregunta.
Le es difícil esperar su turno.
Interrumpe o se inmiscuye con otros.
- Algunos síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos están presentes antes de los 12 años.
- Varios síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos están presentes en dos o más contextos (En la casa, en la escuela, en los amigos, en otras actividades).
Causas del TDAH
Según Blumenfeld (s.f) expone que este trastorno "se produce principalmente por alteraciones en una región del cerebro llamada corteza prefrontal, donde se realizan funciones mentales tan importantes como la concentración, el control de impulsos y la memoria a corto plazo, también llamada memoria de trabajo". La mayor principal causa es la genética y existe un componente hereditario, pero "existen multitud de causas ambientales que pueden producir disfunción en esta parte del cerebro. Además existen otras alteraciones como: neonatales, alcoholismo o adicción a otras drogas durante el embarazo, traumatismos, tóxicos ambientales, meningitis, sufrimiento fetal durante el parto. Es decir, cualquier elemento que puede dañar el correcto desarrollo de la corteza prefrontal puede acabar causando TDAH", resalta Blumenfeld.
Prevención
La psiquiatra Azucena Díez aclara que el TDAH es una disfunción cerebral que no se puede prevenir. No obstante, indica que los cuidados generales de salud a lo largo del embarazo y las campañas de prevención de consumo de alcohol y tabaco en la gestación, así como un parto bien asistido, podrían ser una fuente de prevención, casi la única.
Por otro lado, la especialista indica que existe otro tipo de prevención que se podría denominar secundaria: empezar el tratamiento lo antes posible una vez que la patología está diagnosticada. De esta forma podrían prevenirse otras complicaciones asociadas al TDAH.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza a través de la observación de la conducta del niño y de una entrevista clínica con los padres o los cuidadores. “Es muy importante que en la entrevista siempre haya información, aunque sea indirecta, de los profesores, de cómo ven ellos al niño en clase”, indica la psiquiatra.
De forma complementaria pueden realizarse test con escalas de evaluación de la conducta, rellenadas por los padres, profesores y otros cuidadores del niño. Proporcionarán información acerca de la gravedad del trastorno, de la presencia e importancia de otros trastornos psiquiátricos o de diversos problemas de comportamiento y podrán ser de ayuda a la hora de valorar la eficacia de los tratamientos aplicados.
Tratamientos
El tratamiento debe ser multimodal porque, tal y como asevera Blumenfeld, "el TDAH afecta a varias esferas de la vida". Se deben aunar tratamiento médico (que incluye la administración de fármacos), psicológico y educativo. El pediatra explica en qué consisten estos tres pilares terapéuticos:
1. Tratamiento psicológico
"Es muy importante por la necesidad de conocer muy bien nuestro mundo emocional para comprender e intentar controlar algunas respuestas". Además, hay otros aspectos como la técnicas cognitivo-conductuales o la enseñanza de habilidades sociales que pueden ser de mucha ayuda para algunos síntomas.
2. Tratamiento pedagógico
Una de las disfunciones más limitantes en este trastorno es el aspecto académico. "Muchos de estos pacientes solo presentan alteraciones a nivel académico, que de forma secundaria impactan en otros aspectos de su vida, ya que es un aspecto que genera muchas fricciones con los padres y con los profesores, generando de forma secundaria problemas de autoestima, ansiedad, etc.", resume el experto, quien considera que "lo ideal sería realizar adaptaciones metodológicas para aliviar los síntomas, pero la realidad es que llevar a cabo estar adaptaciones es una tarea muy difícil. En muchas ocasiones por que implican un cambio de método educativo muy profundo y muchas otras porque faltan muchos medios para implantar estas mejoras".
3. Tratamiento médico
"El tratamiento más potente y más eficaz que tenemos en este momento son los fármacos, pero muchas veces se nos olvidan otros elementos importantes, y que en realidad mejoran muchas de nuestras funciones mentales", argumenta el pediatra. Entre ellos se encuentran las horas adecuadas para dormir, imprescindible para un buen funcionamiento cerebral, una alimentación adecuada y la realización de ejercicio físico.
Los fármacos que se emplean con mayor frecuencia para tratar el TDAH son los estimulantes que, según Alda, "son muy seguros y eficaces". Se calcula que la respuesta a esta terapia farmacológica "está en torno a un 70-80% de los casos al primer régimen terapéutico prescrito". No obstante, aclara que se trata siempre de un "tratamiento sintomático, por lo que, cuando se deja de tomar, generalmente, los síntomas vuelven a aparecer".
No te compares con los demás niños, compárate contigo. Anónimo
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